Arasanz Garcia

ArasanzGarcía

Orballu, íberos, viento y silencio.

Orballu.

Escrito por Javier (Navegante), fechado el 23 de mayo de 2019.

La playa de Riazor.

La Torre de Hércules.En ruta y con orballu.Entre bruma y nubes, el sol asomaba con trémula luz. Las 8:01 de la mañana y partimos desde el hotel hacia el parque cerrado, donde nos esperaban cientos de motos de colores variopintos y modelos y marcas, con la ilusión en sus cilindros, como yo... que tensión en mis circuitos. Javier se acomodo en el asiento y estaba tan alegre que parece que alguna explosión era en falso, partimos y en breve llegamos a Riazor. Estaba lleno de ilusión y amigos, un protocolo esperado, sellado del pasaporte, recogida de la botella y llenado con agua del mar de Galicia.....

Daban ya las 8:51 cuando arrancábamos definitivamente nuestra aventura en este húmedo día galaico. Fuimos bordeando las playas de Riazor, Orzán y la de Las Lapas, enfrentándonos a lo lejos con la Torre de Hércules, con aquélla como punto de mira, avanzamos penosamente entre semáforos, rotondas y cedas. Parada obligada para el sello al pié de la Torre, fotos y un vistazo, para volver a un mar de rotondas, que se desplegaban en nuestro paso, haciendo lento este brumoso caminar, triste, húmedo.

Lentamente enfilamos hacia el puente del rio Mero, dejando atrás la Ria de La Coruña, otra parada en el concesionario BMW de La Coruña, sello y continuación. El recuerdo de los kilómetros siguientes está rodeado de casas dispersas, poblaciones vertidas a lo largo de la carretera, trafico y lluvia. El buen asfalto, mojado, brillante, nos iba a llevar en dirección a Betanzos, en donde seguiríamos las hoces del rio Mendo, para seguir ascendiendo por anchas carreteras hacia el bosque de eucaliptos y los montes gallegos.

Ascendemos por la AC-840, atrás se queda Curtis y el asfalto de pequeño arcén nos lleva a Mellid. Tomamos entonces la N-547 y parece que avanzamos a buen ritmo, las poblaciones, en las que tenemos que reducir la velocidad, se van distanciando, las praderas de alto forraje, se bordean de lindes de arboles caducos en pleno esplendor. Aparecen bovinas y ovinas pastando y los olores acentuados por la humedad, nos demuestran que estamos rodeados de verdes prados.

Side by side con Jorge.Desvío carretera vecinal y más orballu.Llegamos a Guntín y tomamos la N-540, a la altura de Camporredondo tomamos el desvío a la izquierda que marca la viñeta del roadbook. Entramos entonces en una carretera estrecha, vecinal, donde el follaje aparece en los bordes del asfalto, sin lineas, sin arcén, pero con el encanto de sentirse cerca de las naturaleza que nos rodea y explota a nuestro alrededor, en la entrada del desvío se encuentra la Guardia Civil, han parado a algunos compañeros de viaje, más tarde Javier me informará de que estaban sancionándoles por no realizar correctamente el stop:

- Recuérdame Blanquita, que los stop se hacen poniendo el pie a tierra, ya sabes si se me olvida procura avisarme.

Pasamos de la LU-P-4901 a la LU-633 en Castromayor, donde vuelven a aparecer las lineas y los arcenes, pero la naturaleza sigue rodeándonos.

Llevamos kilómetros paralelos al Camino de Santiago, de cuando en vez nos cruzamos con peregrinos y paseantes que hacen el camino, ya sea en bici o andando. Un saludo de viajero a viajero y seguimos en la LU-633 en dirección a Puertomarín, donde sobrevolamos el rio Miño, en un puente que podríamos llamar "el del peregrino", es ancho y las margenes del rio están repletas de follaje salpicado de verdes prados donde rumian las vacas.

Caminos vecinales.Empezamos un camino sinuoso, al sur de Lugo, el asfalto, húmedo, liso, agradable nos encamina a Paradela, en la población aparecen las plumas del evento indicándonos un CP. Entramos en la explanada del parquing que acompaña al recinto del Mercado Ganadero de Paradela, hoy empleado para recibir y atender el evento. En el Mercado un sello, una empanada y un refresco para los riders, nosotras, las monturas, iremos repostando en las gasolineras cuando toque.

- Bueno, Blanquita, ya seguimos viaje, después de reponer algo las fuerzas y de un poco de charla amistosa, vuelvo a tus lomos para continuar este periplo por la España de las mil caras.

Vuelven a sonar los cilindros en la explanada repleta de motos del Mercado, la ilusión recorre mis plásticos y una especie de sonrisa iluminadora sale por el faro, como saltando de alegría por seguir en ruta... sin camino conocido pero directos a Palencia.

Poco menos de un kilómetro y nos toca a nosotras el momento de reponer fuerza, una bebida energética a base de octanos y proseguir viaje. Hemos recorrido 136 kilómetros en dos horas y media... buenos paisajes y curvas para disfrutar.

Espera en el camino.Continuamos por la carretera LU-633 para dar con nuestros alientos en Sarria, desde aquí viramos rumbo sur para dirigir nuestras ruedas hacia Monforte de Lemos, rodando la LU-652 a la altura de Bóveda viramos sur-este, dejando Monforte a nuestra derecha hasta incorporarnos a la N-120 con rumbo 135º avanzamos por la nacional, los brezos de flores violetas, pequeñas, temerosas del sol de primavera que las marchita, cubren las laderas de las agrestes montañas que atravesamos en el valle de esta lengua de agua del rio Lor, que cruzamos en un Vals de forma repetida, sinuosamente vamos buscando las margenes del rio Lor, curvas rápidas, abiertas, delicias de tumbadas casi infinitas, nos van acercando a otro cauce de rio, el Sil aparece en As Covas y comenzamos a remontar su cauce, en otro baile de eternas y alegres curvas. Paralelos a los meandros del rio Sil, avanzamos ahora por buen camino, buen ritmo y agradables vistas, el sol sobre nuestras cabezas y nubes de algodón tachonan el cielo azul, limpio, profundo.

A la altura de Bendilló abandonamos la N-120 y cambiamos su trazado por la compañía de la carretera LU-933. Jorge se pasa del desvío y encendemos las largas para avisarle, pero es tarde, en el recodo de ascenso al montarral que tenemos enfrente, paramos Alberto y nosotros para esperar al amigo de Javier, que advertido por las ráfagas, pudo dar la vuelta y en breve se encontraba a nuestra altura, parados al margen de un viñedo y con una sinuosa carretera por delante. Empezamos a adentrarnos en el monte avanzando por el pálido y roto asfalto de la vía que bordean enormes masas forestales de caducos arboles, salpicados de robles y encinas y eucaliptos. Entre el verde de las hojas, destacan las delicadas flores de las plantas olorosas, espliegos tomillos y romeros salpican los bordes de la carretera, acotada de pretiles de antiguas piedras, quitamiedos de caliza que bordean la rota y quejumbrosa carretera que serpentea entre laderas, siguiendo el curso de la nacional, pero con en encanto de la maleza tan cerca, que se huele.

Entre Galicia y Castilla.Castillo de Ponferrada.
Las Médulas.Brezos y el Camino de Santiago.

Tenemos nuestra izquierda el monte, y a la derecha, en un eterno conflicto, se entrecruzan el rio Sil y la N-120 en un frenético baile. Nosotros, altivos, por encima de sus conflictos, seguimos rodando entre baches y curvas, agrupados los tres jinetes. Entramos ya en zonas civilizadas y atrevamos varias poblaciones enlazadas. El encoro o embalse de San Martiño da comienzo a las localidades de Valdeorras, comenzando en La Rúa, La Rúa de Valdeorras, Villamartín de Valdeorras bañadas por el Sil y el embalse de Santiago.

Castillos en Castilla.Enlazamos con la N-120 en esta última población y comenzamos ascenso rumbo este hacia el Parque Nacional da Serra da Enciña da Lastra, en la ribera del Embalse de Peñarrubia, aquí tomamos desvio en La Barosa por una carretera vecinal que nos llevara en corto trayecto a enlazar con la N-536 a los pies del Lago de Carucedo y el embalse de Campañana. Zona repleta de embalses y lagos, seguimos ascenso en dirección Ponferrada. Curvas, cañadas y cortados por la erosión del Sil, nos acompañan en este tramo del Bierzo, al sur dejamos Las Médulas y en curvas reviradas, como de carretera estrujada, pasamos el mirador de Santalla del Bierzo, sobre el rio Sil.

En un continuo y lento ascenso, de la mano del cauce del Sil, entramos en la ciudad Templaria de Ponferrada, cruzamos el puente sobre el rio, bordeamos su Castillo Templario que sobrecoge sobre su atalaya privilegiada. Dejamos la ciudad medieval por el este con la LE-142, atravesamos el rio Boeza para empezar un ascenso pronunciado.

Desde nuestro cruce del rio Boeza en el kilómetro 290 con una altitud de 528 metros, ascendemos por las localidades de Molinaseca, Riego de Ambrós y El Acebo de San Miguel, entre laderas pronunciadas llenas de adornada vegetación, con flores amarillas de retamas, azules de campánulas, violetas de brezos y blancas de diferentes arbustos y praderas. Pueblos de piedras negras y techos de negras pizarras, de abruptos vierteaguas y empinadas callejuelas, limpios aires de sierra que rondan ya la altura máxima de nuestra ruta con 1512 metros del kilómetro 310. Ascenso de 1000 metros en apenas 20 kilómetros de asfalto y ladera.

Comenzamos el descenso hacia los altiplanos de la Castilla Vieja, con Astorga en el horizonte, atravesamos la Cruz de Ferro, en el Camino de Santiago que nos acompaña en nuestra ruta. Los Peregrinos han sido una compañía más en todo este viaje, sus andares cansinos o sus pedaladas esforzadas hacían volver nuestras miradas hacia sus esfuerzos y desmanes. Entereza y determinación de esta raza de Seres, Los Humanos.

Tierras de Castilla y Jorge.El día, por suerte, se está haciendo largo. Las tierras de labor aparecen en las suaves laderas de los cerros que nos rodean y en los recodos de la carretera surgen iglesias románicas, vestigios castellanos de caballeros, que como Javier, cruzaron estos parajes a lomos de sus monturas, burros, yeguas, mulas y caballos, que han venido a cambiarse por ciclos con o sin motor.

En Astorga descanso para los caballeros y sombra para nosotras, un rato de recogimiento, de reflexión de lo vivido, de recordar curvas, lluvia, niebla y mar.... Ese mar intenso que nos despedía brumoso esta mañana. Salimos de la ciudad para enlazar las carreteras LE-123, rumbo sur, CV-193-7 que después de marcar el sur, vira hacia el este, hacia La Bañeza.

En La Bañeza, somos nosotras las que retomamos fuerzas, vamos camino de Palencia, pero queremos llegar sin que la reserva nos amenace con su estridente luz en el cuadro. Salimos por la CL-622 para enlazar con la LE-413 que nos llevara a Laguna Dalga, donde abandonamos el suave y liso asfalto para entrar en un camino de cantos rodados, donde temblamos por la irregularidad del firme, pero sin polvo y con buena tracción avanzamos por el camino siguiendo el roadbook. Atravesamos Zuares del Páramo y retomamos el suave firme de asfalto en la CL-621.

En las onduladas tierras de Castilla La Vieja, avanzamos ahora a buen ritmo, entre tierras de labor, de verdes tallos mecidos por las olas de viento que ondulan a nuestro paso, un verde mar de cereales a ritmo de olas que llevan a ninguna parte y de ningún sitio vienen. La carretera salpicada de cruces y villas, nos vomita sobre Mayorga, donde tomamos la VP-4508 para llevarnos hasta la VA-932 a la altura de Cabezón de Valderaduey, seguimos hacia el sureste hasta Villalón de Campos, donde cambiamos los caprichosos números de la carretera para convertirse en VA-923, en la tierra de Campos, Herrín, Guaza y continuamos con mas rectas, rematadas en suaves curvas, rasantes y pueblos.

Entramos en las postrimerías de Palencia, paralelos al Canal de Castilla a lomos de la CL-613 que persigue el Canal y lo protege y lo acompaña, entre el Canal y la carretera los caminos que los tiros fueron pisoteando a lo largo de su recorrido, acarreando las flotantes cargas que por el Canal desfilaron. Sorteamos las últimas curvas y rectas de este día. Cruzamos el Canal y atravesamos el rio Carrión, largas calles dan paso a las más antiguas de la Ciudad de Palencia, en su Plaza Mayor, terminamos. Nos sobrecoge la Plaza, llena de espectadores, motos y amigos de Javier, que se pierde entre ellos para sellar y reponer líquidos. Quedamos nosotras admirado los soportales de la plaza, los empedrados y las antiguas casas, más tarde iremos al hotel a dormir, pero la ilusión seguirá mañana.

Plaza Mayor de Palencia.

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